En segundo lugar, y también muy importante, saber elegir la silla de trabajo. No puede ser una silla cualquiera. Las sillas fijas, de cocina, de plástico… Todas ellas son funcionales, pero no sirven para nuestra oficina. También hay sillas “supuestamente de oficina o estudio”, que tampoco sirven. Hay algunas que tienen el asiento duro y poco mullido, otras tienen el respaldo muy recto… En estas sillas, podemos tener problemas de espalda, ciática, cervicales… por un uso continuado. Es por eso, que es importante elegir una silla correcta. Para ello, elegiremos una ergonómica, bien acolchada, con ruedas y ajustable en altura y profundidad.
